martes, 14 de marzo de 2017

Navegadores

Los navegadores

Para la mayoría de usuarios, la cara visible de la informática es Internet. Desde todo tipo de dispositivos (ordenadores, tabletas y smartphones) accedemos a la red en busca de información, entretenimiento y otros servicios.
Para ello, la herramienta fundamental es el navegador. Resultan tan intuitivos y fáciles de usar que muchas veces ni nos damos cuenta de su existencia. Existen varios a nuestra disposición, todos muy conocidos: Chrome, Internet Explorer, Safari, Firefox, etc.

Privacidad

Los navegadores incorporan muchas funciones para hacernos la vida más fácil. Sin embargo, en ocasiones esto puede suponer un verdadero riesgo para nuestra privacidad:
  • El historial de navegación es el registro completo de toda nuestra actividad en Internet. Cualquier persona que tenga acceso a nuestro navegador podrá ver qué hemos estado haciendo y cuándo.
  • Normalmente visitamos las mismas páginas web y buscamos cosas parecidas. Por ello cuando tecleamos una búsqueda el navegador nos ofrece una selección de búsquedas basadas en otras anteriores. Esto nos ahorra el trabajo de escribir, por ejemplo, las direcciones completas.
    Sin embargo, cualquier persona que emplee nuestro navegador verá esas mismas sugerencias cuando comience a escribir, lo que le dará pistas acerca de nuestro comportamiento y preferencias.
  • Es habitual que cada vez más servicios de Internet requieran que utilicemos un nombre de usuario y contraseña para acceder. Que el navegador los recuerde implica que cualquier persona con acceso a nuestro navegador puede suplantar nuestra personalidad en todos esos sitios.
  • Si cuando entramos en las redes sociales (Google+, Facebook, Twitter, etc.) seleccionamos la opción de ‘mantener la sesión abierta’, no bastará con cerrar la página para cerrar la sesión. Cualquiera que entre a estas redes con nuestro navegador tendrá acceso a nuestro perfil.

Los complementos y plugins

Los complementos o extensiones son elementos que se instalan en nuestros navegadores para hacerlos más eficientes, encargándose de funciones específicas: barras de búsqueda, integración con otros servicios, bloqueo de pop-ups, etc.
Sin embargo, algunos de estos complementos pueden estar destinados a fines malintencionados: recopilar información acerca de nuestros hábitos o insertar anuncios. Generalmente, esto se hace de forma encubierta al instalar aplicaciones gratuitas, por lo que es importante revisar las opciones de instalación.

Las cookies

Las cookies son pequeños ficheros que los navegadores almacenan en el ordenador con datos del usuario sobre las páginas web visitadas.
Esta información puede contener las opciones de idioma o visualización elegidas, el contenido que ha sido consultado, el identificador de sesión de un usuario o las credenciales de acceso. Su utilidad es facilitar la navegación aunque, una vez guardada, la información puede servir para otros propósitos.

Actualizaciones

Los navegadores también están expuestos a fallos de seguridad que pueden suponer una puerta de acceso para que individuos maliciosos accedan a nuestra información o tomen el control de nuestros dispositivos.
Por tanto, hemos de mantenerlos al día, preferiblemente a través de la opción de actualizaciones automáticas. Esta funcionalidad viene incorporada por los principales navegadores.

Consejos finales

Navegar por Internet no es como ver una revista. Si no somos cuidadosos estamos expuestos a toda una serie de riesgos: robo de información, pérdida de privacidad, o perjuicio económico entre otros.
Por tanto, si queremos disfrutar de las ventajas de la tecnología sin incurrir en riesgos debemos tomar ciertas precauciones al navegar:
  • Evitar utilizar la opción de recordar contraseñas.
  • Cerrar las sesiones a través de la opción ‘logout’ o ‘cerrar sesión’, en lugar de simplemente cerrar la ventana.
  • Desmarcar la opción de ‘mantener la sesión abierta’ al iniciar una sesión en redes sociales o servicios de correo electrónico, especialmente si estamos en un equipo compartido.
  • Revisar de vez en cuando los complementos y extensiones instaladas. Instalar sólo aquellos con buena reputación y ofrecidos en las páginas oficiales de los navegadores.
  • Emplear la opción de navegación ‘en privado’ en equipos compartidos o públicos.
  • Instalar un verificador de páginas web, normalmente proporcionado por los principales antivirus.
  • Proteger nuestra privacidad evitando las opciones que permiten al navegador guardar información sensible.
  • Familiarizarnos con las opciones de ajuste que ofrece nuestro navegador.
  • Mantener el navegador actualizado.
  • Estar alerta y no visitar páginas sospechosas.

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